Por GEH-UTN*
Desde sus orígenes, la Universidad Tecnológica Nacional estuvo directamente vinculada con la decisión política y estratégica de avanzar con la industrialización del país. Al momento del nacimiento de la entonces Universidad Obrera Nacional, la Argentina atravesaba un proceso de transformación que implicó niveles muy altos de desarrollo industrial, lo que trajo consigo una enorme demanda de profesionales para todas las áreas en crecimiento.
A su vez, por su carácter federal, nuestra universidad estuvo siempre ligada a las economías regionales. Las evidencias abundan: las regionales de La Plata y Mendoza, trabajando con las refinerías de petróleo; la regional Bahía Blanca, vinculada a la industria petroquímica; las regionales de Pacheco o Córdoba con la industria automotriz; las regionales de General Pico y Rafaela con la industria metalmecánica; la regional Haedo con la industria aeronáutica, entre muchos otros ejemplos.
Por su parte, nuestros graduados desempeñaron un rol imprescindible en la evolución y crecimiento de la industria local y en la expansión del desarrollo tecnológico. Podríamos decir que las posibilidades de evolución profesional de nuestros egresados están directamente relacionadas con el modelo de desarrollo industrial que lleve adelante el país.
En las últimas décadas, el proceso de desarrollo tecnológico en el mundo experimentó un crecimiento exponencial, y todo parece indicar que esa evolución continuará acelerándose a un ritmo vertiginoso. Este proceso tensiona aún más las posibilidades de reducir la brecha tecnológica para los países denominados “en desarrollo”.
Vale la pena entonces hacernos algunas preguntas: ¿es posible todavía transitar un camino de desarrollo tecnológico propio o deberíamos, por el contrario, aceptar que la brecha ya es inalcanzable y que sólo nos queda proveer de materia prima y de recursos humanos a los países ya desarrollados? ¿Debemos trabajar en el desarrollo nacional desde una perspectiva de integración regional, explorando las oportunidades globales que pueden presentarse de forma ventajosa para nuestro país?
Desde el Grupo de Estudios Históricos creemos que debemos transitar un camino nacional de desarrollo independiente, para lo cual se plantea el desafío de explorar esta posibilidad con amplitud de criterios y de creatividad. Entendemos que es una buena oportunidad para producir un intercambio al respecto de estos temas en la UTN, con la participación de graduados, docentes, estudiantes, no docentes y autoridades.
De las muchas cuestiones que esta temática plantea, nos interesa destacar las siguientes como las más relevantes:
Sustitución de Importaciones
La sustitución de importaciones ha sido un tema de grandes debates en nuestro país, con abundantes experiencias y posturas diversas. Creemos que, para implementarse un desarrollo industrial con autonomía, es necesario impulsar un fuerte proceso de sustitución de importaciones. Pero el modelo a implementar no puede ser exclusivamente el resultado de las convicciones patrióticas de los actores económicos, sino que debe ser la consecuencia natural de las condiciones macroeconómicas creadas. Es decir, debería resultar conveniente para los representantes reales de la industria local.
Es necesario evaluar cuidadosamente qué áreas son más relevantes para sustituir, tratando de evitar modelos basados exclusivamente en armadurías sin valor agregado o proteccionismos orientados en beneficio de actores económicos poderosos. Además, para aquellas mercancías que no se decidan sustituir, tendría que existir la decisión de favorecer a nuestros socios comerciales en la importación de bienes y materias primas, siempre privilegiando los acuerdos estratégicos de corto y mediano plazo.
Estamos convencidos de que el aporte que podría realizar la UTN en estas cuestiones podría potenciarse, no solo por la vinculación natural de la universidad con la tecnología, sino también debido a su carácter de institución federal, característica única entre las Universidades Nacionales, que garantiza la presencia y la integración de la universidad con las producciones y economías regionales. La importancia estratégica de estos planteos exige un ámbito de debate e intercambio desde la universidad con la comunidad científica y con los distintos actores económicos y sociales comprometidos por trabajar por una sociedad más equitativa, con menos pobreza, más empleos de calidad y más oportunidades de bienestar para nuestra población.

impacto ambiental
Una de las consecuencias secundarias del desarrollo tecnológico que mencionamos es el impacto que tiene en el medio ambiente. El avance de la tecnología trajo cada vez más contaminación, causando el deterioro de ecosistemas en todo el planeta.
En el año 1997, 84 países firmaron el Protocolo de Kioto, un acuerdo internacional auspiciado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) cuyo objetivo era el compromiso de todas las partes firmantes para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. En 2001 se incrementó la adhesión a este acuerdo sumando un total de 180 países. Los países más industrializados, principalmente Estados Unidos, China y otros países desarrollados no están comprometidos con un modelo coherente con los objetivos ambientales. Los contaminantes tales como los efluentes líquidos y sólidos de los distintos procesos industriales generan graves consecuencias ambientales en el corto y mediano plazo, tal es el caso de curtiembres, textiles, empresas de pinturas, plásticos, químicas, mineras, etc.
Entendemos que les corresponde a las universidades, y a la UTN en particular, promover la formación de profesionales comprometidos con criterios de sustentabilidad de los modelos productivos que contribuyan a reducir el impacto del deterioro ambiental.
exportaciones
Uno de los problemas recurrentes de nuestra economía es la permanente escasez de divisas. Este tema es una de las causas de la inestabilidad de las políticas públicas y de los permanentes ciclos de endeudamiento. Las exportaciones son una de las palancas claves para enfrentar este déficit crónico de moneda dura.
En ese sentido, vale la pena preguntarse dónde tenemos un mercado externo más favorable que permita el crecimiento de nuestras exportaciones. Cada vez que se desarrolla una nueva tecnología, unida de forma implícita con ese producto o servicio, van incluidos rasgos culturales de los países o regiones que la produjeron. Esto se puede apreciar en las prestaciones de esos productos o servicios que fueron diseñados para un consumidor prototípico de los países desarrollados, lo cual no sólo es un rasgo cultural, sino que tiene implicaciones económicas en el costo de un producto pensado para un usuario del primer mundo. La Argentina no pertenece a ese universo, pero su identidad puede facilitar la comprensión de cómo piensa o actúa un usuario de los países con un desarrollo similar al nuestro. Sin descuidar el patrón actual de nuestras exportaciones, diseñar una tecnología algo menos sofisticada y más accesible puede ser una ventana de oportunidad para aprovechar nuestras ventajas competitivas e incrementar las exportaciones hacia los países en desarrollo.

el rol del estado
Al centrarnos en el rol del Estado en relación con los temas planteados, surgen preguntas tales como:
¿qué tipo de estado se necesita para estas políticas? ¿Cuál es el rol del área de comercio exterior, de la aduana, o la comunidad científico-técnica (Inti, Inta, Conicet, Conea, etc.)? ¿Cuál es el rol de las cámaras empresariales y demás organizaciones de la comunidad?
Un debate amplio sobre el tema podría incluir los siguientes aspectos:
1. Identificar las fortalezas y debilidades de nuestra industria, desde dónde partir y qué se quiere y se puede sustituir.
2. Resaltar la ventaja de nuestros recursos humanos, aprender de los procesos exitosos de alta valoración tecnológica realizados en nuestro país.
3. No limitarse exclusivamente a modelos basados en la exportación de servicios.
4. Considerar las experiencias útiles de desarrollo industrial de Brasil, México, Noruega, Canadá, etc.
5. Entender que el proceso de sustitución está formado por diferentes etapas de integración, que se puede diseñar un producto propio basado en componentes o sistemas elaborados en el mundo desarrollado.
6. Buscar una síntesis superadora de la conocida como “impulsar el consumo para fomentar el desarrollo”.
7. Potenciar las áreas donde tenemos fuerte valor agregado: agro, energía, minería, biocombustible, automotriz, maquinaria.
8. Impulsar las experiencias de desarrollo en software, equipamientos de control, integración de sistemas, seguridad ambiental, equipamientos de medición, capacitación, matricería 3D, etc.
9. Estudiar la experiencia del INVAP y empresas similares, buscar nichos de oportunidades.
10. Reconsiderar la vigencia de la industria pesada (por ejemplo, la producción de acero, flota mercante, etc.)
universidad
En este modelo de desarrollo industrial, ¿cuál sería el rol de la UTN?, ¿cómo debería ser la formación de los futuros egresados asociados al rol de gestión y al tipo de tecnología para producir y exportar?
En la currícula de grado, ¿debería estar presente el contenido de independencia tecnológica, la gestión de la tecnología, la administración de las importaciones, la gestión del comercio exterior, la relación con el gobierno y las cámaras empresariales?
En la capacitación del plantel docente, ¿deberían replantearse incluir estas temáticas y su involucramiento en este proceso?
En la estructura actual de las carreras de ingeniería, ¿debería revisarse la posibilidad de generar más oportunidades de capacitación que las actuales? ¿Qué rol deberían tener las carreras cortas en ese proceso?
conclusiones
Incluimos en el desarrollo de esta presentación más preguntas que respuestas. Para empezar a responder algunas de ellas y generar otras nuevas, necesitamos llevar este debate al interior de nuestra comunidad universitaria, a nuestro sistema científico-técnico, a los colegios profesionales, a las cámaras empresariales y a otros sectores de nuestra sociedad. La temática nos compromete a todos porque tiene que ver con el presente y con el futuro del país en general, pero también con nosotros, como ingenieros y como ciudadanos integrantes de una comunidad.
*El Grupo de Estudios Históricos de la Universidad Tecnológica Nacional.